viernes, 15 de marzo de 2013

En tierra de nadie: Habemus Vindicator

En tierra de nadie: Habemus Vindicator: Tras terribles y penosos esfuerzos, miles de esclavos sacrificados y varios pactos con los poderes del Caos, ¡he terminado de esculpir el Vindicator de Nurgle!

Primero, la Pala Excavadora. Si contamos toda la masilla que empleé, calculo que su peso ronda los cuatrocientos kilos... Puede parecer que la pila de cadáveres puede pegarse simplemente sobre la pala. Grave error. Si hubiera hecho eso, ahora mismo estaríais viendo tres cachos de plástico pegados entre sí sin ningún sentido. Hay que rellenar muchos huecos con masilla, y meter algún resto de esqueletos, zombis o lo que sea. Si os fijáis, veréis algunas piezas estratégicamente colocadas para tapar huecos y dar solidez al conjuto.


Varias vistas de la máquina para vuestro disfrute:







La torreta es el punto del que parecen surgir todas las miasmas y podredumbres que infestan el Vindicator; algo muy apropiado para cuando le ponga la mejora Posesión Demoníaca:


Bocas y más bocas, y gusanos, y de tó:



Este detalle brutal me gusta especialmente. Es uno de los muertos del Carro de Cadáveres (concretamente el que va pinchado en la lanza del piloto), empalado en uno de los garfios que viene en la matriz del Rhino del Caos:


¿Qué opináis? ¿Se os ocurre cómo podría llamar a este cacharro? Que no sea Catarro McQueen ni El Constipadito, por favor...

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